Y cuando por fin muera
haré una gran fiesta en el cielo
con todos mis queridos y queridas
y nos diremos la verdad.
Sin miedo, sin vergüenza,
sin ninguna consecuencia,
premio ni castigo.
Preciosa verdad.
Será una fiesta sin cuerpos,
y por lo tanto
sin la supuesta belleza
ni la temida edad.
Sin gestos ni miradas atractivas,
Sin muecas ni poses estudiadas.
encuentro libre de apariencias,
gustos y disgustos
Preciada verdad.
Reunión de seres sin forma
que bailan y dicen lo que sienten,
lo que quieren,
lo que no quieren.
Sin arrepentirse el día después
de lo bailado ni lo dicho,
porque ya no habrá cerebro
análisis, recuerdos.
Descanso real.
Ese día no habrá juicios,
ni normas, ni tiempo,
ni intención
en nada de lo que allí suceda.
Todo será justo en ese momento. Sin más.
No antes ni después.
Será siempre ahora o nunca.
Profundo, auténtico, verdadero.
Deseada Libertad!